Francisco Ybáñez quedó registrado en el libro Cuentos y Leyendas populares de Argentina cuando fue entrevistado en el año 1931 por Berta Elena Vidal de Battini.
Un narrador de historias con su lenguaje propio y particular y a partir de este oficio podemos conocer particularidades de nuestra historia.
Es muy común en Quines atribuirle el nombre de una planta o de un animal a las familias, lo que se llaman Motes. Hechos que tuvieron especialmente sus orígenes en la década de 1950. Es así que a la familia Arce les dicen Piquillín; a la familia Ybáñez: Iguana; a los Alaniz: Mataco; a la familia Floriani: Camote; a la familia Domínguez: Pelón y así varias familias fueron adquiriendo estos apodos.
Cada atribución tiene origen en alguna historia particular de uno de sus ancestros y se heredó a las siguientes generaciones.
Uno de estos orígenes es el del Sr. Francisco Ybáñez, reconocido como uno de los narradores de la localidad de Quines. En 1931 siendo entrevistado por la Sra. Berta Elena Vidal de Battini cuando tenía ya 90 años y estaba ciego, era –según los dichos de la autora- uno de los pobladores más viejos del lugar. Todos lo llamaban “El Dijunto Ybáñez”
Relata la autora que todos lo llamaban así porque en una oportunidad en que la policía lo llevaba preso junto con otros cuatreros, en un lugar del camino los fusiló. Todos cayeron y a todos los creyeron muertos, pero Ibáñez al cabo de unas horas reaccionó y se internó en las sierras en donde curó sus heridas y después de un tiempo regresó al pueblo con el consiguiente asombro de la gente, pues todos lo creían difunto. Por ello le quedó este sobrenombre, pero en lenguaje gauchesco o más bien en su variante dialectal criolla "dijunto"
Otra versión dice que los colorados del monte del Chacho Peñalosa, lo quisieron matar cuando no se dejó reclutar. La cuestión es que aseguran todos que después de este hecho se volvió más taciturno y huidizo. Disparaba (corría) cuando se asustaba por algo.
Sergio Ybáñez apodado “Veco” 1916 - 1993 (abuelo de Raúl Ybáñez), casi siempre estaba en estado de embriaguez y así en este estado conversaba y se reía a más no poder. Fresco en cambio era un hombre muy serio y callado al punto que asustaba su seriedad. En una oportunidad relató que el mote familiar de “Iguana” venía del difunto Ybáñez. Se fue a la sierra y se curó solo. Todos los dieron por muerto y un día salió “vivito y coleando”. A qué creativo se le ocurrió ponerles ese mote, no se sabe pero la cuestión es que tiene que ver con la larga vida que las iguanas tienen y la capacidad de curarse solas.
En el siguiente enlace podemos leer una de las narraciones de Francisco:
EL CERRO EL MORRO
Francisco Ibáñez, 90 años.
Quines. Ayacucho. San Luis. 1931
“Yo enduve en mis mocedades por El Morro, y áhi decían todos que en la laguna
que tenía arriba, el Cerro, salia la madre del agua. Me contaron muchos que la
habian visto. Esa laguna “tá en el mesmo potrero del Cerro. Claro
el potrero1 “tá arriba tamén, y es muy pastoso2 y
gû pa la hacienda y áhi han visto muchos mozos la madre del agua. Siempre se
les aparecia a los muchachones, claro, porque es la que ella quiere cautivar.
Cuasi siempre a la siesta la han visto. Todos dicen que es rubie con el pelo
como barba ´e choclo. Si aparece peinandose con un peine di oro.
Dicen que tiene pelo larguisimo, que causi la tapa como un reboso, porque tá
desnuda y es blanquisima. Dicen cuasi siempre se sienta en un peñasco y como
sale cuando “tá juerte el sol, brilla como si juera una vislumbre di
oro. Tamén han visto los campeadores al toro negro di apenas di oro, que
sale siempre de la laguna. Dicen qui hasta el presente sale. Cuasi siempre se
junta con l´ hacienda y trata de llevar algunos animales pa´ la laguna. Dicen
qui un mozito corajudo lu enlanzo una vez. Y no lu hubiera hecho. Dicen que el
toro lu arrastro pá la laguna. Cuando ya iba llegando y ya lo iba a meter en l´
agua, el muchacho no perdio el tino y saco el cuchillo y corto el lazo. Y ahí
se salvo, claro. Ya se ve que no es cosa gûena la qui hay en la laguna. Hay
como otro mundo. Todos creen qui hay un pueblo ahí. Claro, por lo que se ve,
hay de ser nomas.
Y tamén todos dicen que el cerro desconoce. Es so lu hi visto yo. Una vez
quiso subir un gringo, cuando yo andaba por ahí, y ahí se descompuso el tiempo
y llovio como tres dias seguíus. A los criollos casi nunca los desconoce. Eso
sí a los de mala indole o de malas intenciones, aunque sean criollos los
desconoce lo mesmo, y entonces se enoja. Cuando el cerro se enoja brama y se
descompone el tiempo. Los bremidos del cerro si ollen de muy lejos yo los hi
oido como de diez leguas, en una ocasión. Los gauchos saltiadores le tenían
miedo. Por eso los gauchos de Guallama3 y de
la Chapanay3 nunca andau por áhi.
Cuando las indiadas venían con los malones a matar y a robar mujeres, niños,
hacienda y todo lo que podían arriar, el cerro bramaba. Dicen que en
la pampa se via, di arriba el cerro, la nuve de tierra, como un humito, cuando
avanzaban lo ranqueles4 . Se via, claro, muy lejos. Ahi bramaba el cerro.
Ya con ese anuncio, los morreros5 juntaban los animales que
podian y subian al cerro. Dice que cuando lo oiban bramar, decían:
-
Maber que pasa que ´ta bramando El Morro. Maber si desconoce o si viene el
malon.-
Los
baquianos subían y si devisaban polvo de la indiada, en la pampa, allá, lejos,
pasaban la voz con un chasque, y ahí se juntaban pá salvarse. Los caballos de
los ranqueles eran baguales6 y ´taban acostumbrados a la
pampa, no mas, y no podian subir las sierras, se despiaban y se cáiban. Las
sierras eran la salvación de los cristianos en aquellos tiempos de los ranqueles.
La leyenda fue extraída de:
Cuentos y Leyendas populares de la Argentina, Eudeba,1984
Autora: Vidal de Batini, Berta E.
Autora: Vidal de Batini, Berta E.
Se respetó la escritura original.
1 Potrero: Valle interior
en los cerros. Mesetas en donde hay agua y hay abundante pasto.
2 Pastoso: Abundante en
pasto.
3 Santos Guallama y la Martina Champanay eran jefes de gauchos salteadores, procedian de San Juan y asolaban
las Provincias vecinas.
4 Ranqueles: Parcialidad
de los araucanos de la pampa.
5 Morerros: Originarios
de El Morro.
6 Baguales: Caballos alzados, acostumbrados a marchar por
los terrenos blandos de la llanura y que no ressisten a las asperezas de las
sierras.
Datos Adjuntos:
En el censo de 1869 - página 17- partido de El Retamo aparece Francisco Ybáñez con 10 años. En la página anterior aparece su madre Luisa Muñoz, viuda de 40 años junto a la familia de su hermana Fabriciana Muñoz (24) casada con Solano Torres (30).
En el censo de 1895 - página 64 - partido de Quines (población urbana) aparece Francisco Ybáñez con la edad de 30 años, soltero y de oficio cortador de ladrillos.
Su madre tiene 60 años y declara haber tenido dos hijos. Para este tiempo Fabriciana tiene 45 años, es viuda y declara haber tenido 10 hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario