RESCATANDO RECUERDOS NATIVOS
Defensoría del Pueblo de la Provincia de San Luis Primera Edición: San Luis, Argentina, Enero 2005
Editorial: Nueva Editorial Universitaria
Coordinadora general: Prof. Haydée Sabatini
Edición realizada a partir de una recopilación de artículos y entrevistas realizadas por los alumnos con la finalidad de participar en el “Concurso Literario Rescatando Recuerdos Nativos” con historias breves sobre el pasado en la provincia de San Luis. Dentro del agradecimiento a los profesores coordinadores que incentivaron a los alumnos a descubrir la magia de la escritura, mencionan a Dalinda Gómez, Elda de Jacobo y Mauricio Gutvay. Incorporo los trabajos en el orden en que aparecen en el libro. Algunos los transcribo y a otros solamente los menciono ya que los datos están en el blog o pueden prestarse a confusiones. Destaco y agradezco a las/los docentes que se preocuparon por la actividad de rescatar historias de nuestro pueblo. Con asterisco y en letra cursiva corrijo algunos términos y apellidos mal escritos, cosa que es normal ya que solo viendo algún documento se puede escribir bien.
*Un agradecimiento especial para Walter Gómez que me proveyó de la bibliografía.
Pág. 107 a 110
LA CHIMENEA EN QUINES
Autora: Jennie Daniela Fernández
Instituto “San José” de Quines
Pág. 111 a 113
EL MOLINO HARINERO
Autora: Iara Sofía Tarazi
Instituto “San José” de Quines
Primer premio – Categoría 1
En una templada tarde de otoño del año 1962, el viento sopla suavemente arrasando con las amarillas hojas de los campos; los rayos del ardiente sol calientan las secas tierras del pueblo de Quines, y cerca del río se encuentra el molino, “el molino que hizo historia”, como responden los ancianos cada vez que algún curioso les pregunta.
En las siestas toman mate los pocos afortunados que conocen de los hechos, mientras cuentan esta historia a sus hijos o a sus nietos. En un jardín desierto, sentados a una pequeña mesa, una humilde familia disfruta del pan caliente y el anciano comienza su relato, mientras la ronda de mate sigue su curso. “En 1888 llegó al pueblo el italiano Domingo Bertoy (*debe decir Bertoi) junto a su esposa Doña Alicia Rosas, prima de Juan Manuel de Rosas. Tuvieron varios hijos, que hoy radican en esta zona.
Este italiano hizo traer un molino harinero, trabajado artesanalmente con hierro y pinzas de piedra; su altura era de entre 8 y 9 metros y funcionaba con la fuerza de las aguas del canal. Nadie sabe su procedencia –dice el viejo mientras recibe el mate de mano de su mujer y unta con dulce el pan casero-; sólo se dice que llegó de Villa Mercedes en un carro tirado por mulas. Recuerdo las mañanas en que yo pasaba por allí, con la frescura del amanecer a flor de piel, el aire moviendo las hojas y la tierra ensuciando mis alpargatas.
“De lejos se veían los pocos hombres (menos de 10) que trabajan en él. Del trabajo del molino vivían 300 a 350 personas, si uno tiene en cuenta quienes proporcionaban las materias primas, además de los cosechadores y los que transportaban el trigo hasta el molino”.
El abuelo termina ansiosamente su segundo mate para poder proseguir con el relato, contemplando los paisajes con la mirada perdida.
- “Se producían diversas clases de harinas; el harinillón, ahora llamado afrechillo, era el de más baja calidad. En las tardes comprábamos pan casero o torta de rescoldo, hechas con harinilla del molino. La harina flor era la de primera calidad, usada para el pan de panadería.
El molino permitió grandes avances en nuestro pueblo: se comercializó en forma directa con San Juan y La Rioja; se hacían trueques: Quines daba harina y La Rioja mandaba sal, con San Juan se cambiaba aguardiente por harina. Para el trueque se usaba harina de segunda calidad.
Bertoi demostró ser un buen comerciante; proveía de sal, obtenida del trueque, a los panaderos de aquel entonces y el aguardiente a los distintos boliches.
Del molino nació una fábrica de fideos que empleaba la harina extraída del mismo; allí trabajaban mujeres del pueblo. Doña Francisca me contó tantas veces, con lágrimas mojando su avejentado rostro curtido por los golpes de la vida, que conoció a su esposo Don Tomás porque él trabajaba en el mismo lugar. El molino dejó de funcionar entre los años 1920 y 1922. Por el pensamiento del anciano pasan lentamente las imágenes como páginas de un álbum lleno de recuerdos: los niños corriendo bajo el sol de otoño, las mujeres amasando el pan al amanecer, las historias de amor que nacieron en él y la añoranza de aquel tiempo que no ha de volver. Pasaron muchos años desde el relato de aquel anciano. Pasaron varios otoños; muchas tardes en que tomando mate en el jardín, la familia conservaba, aunque el viejo ya no estaba allí. Hoy son pocos los que conocen de la existencia de la historia que el anciano tantas veces repetía con nostalgia. Otros no le dan importancia alguna.
El viento borró las huellas que algún día marcaron los pasos y tropezones que la vida le causó. Pasando por su lado aún se respira ese aire de otoño, el sol aún calienta las secas tierras; el viento sigue soplando, arrasando con las amarillas hojas, pero el molino harinero… ya no funciona. Cerca del río quedaron sus restos, aquel cementerio de recuerdos de los que quizás solo él fue testigo.
Pág. 184 y 185
MI ABUELA ANTONIA ME CUENTA UN POCO DE HISTORIA Y … RECETAS
Autor: Federico Díaz
Instituto “San José” Quines
Pág. 185 a 187
HISTORIA DE QUINES – Investigación
Autor: César Gregorio Rosas
Instituto “San José” - Quines Pág.
187 y 188
MI ABUELA ME CONTÓ UN POQUITO DE LA HISTORIA DE NUESTRO PUEBLO
Autor: Pablo Rojas
Instituto “San José” – Quines
Le pregunté a mi abuela sobre algo que ocurriera en Quines hace mucho tiempo y ella me contó esta historia. Hace más de 45 años existía un tren que llegaba a nuestro pueblo con carga de pasajeros. Unía Quines con La Rioja, era un medio de transporte muy importante.
Mis dos tíos mayores tenían 5 y 6 años, ella los mandaba a Candelaria a la casa de su hermana y se los entregaba al guarda que en ese momento iba en tren, un señor de apellido Godoy, allí los esperaban sus tíos así podían jugar con sus primos y luego volver a Quines de nuevo. Recuerda mi abuela que el maquinista del tren era abuelo de mi compañera Luisa Giménez. También cuenta que mi mamá y mis tías subían a tren que pasaba en la estación y el abuelo de Lucas las llevaba a dar una vuelta al triángulo, un lugar donde el tren tenía que hacer una maniobra para quedar listo para salir al otro día, todo esto ya no existe, solo queda de recuerdo la vieja estación de ferrocarril General Belgrano donde actualmente se encuentra una oficina del consorcio.
Pág. 192 a 194
QUINES ANTIGUO CONTADO POR TEÓFILO “TITO” TURRI DE 91 AÑOS
Instituto “San José” – Quines.
“Tito” nació el 13 de Octubre de 1913 en Quines, Banda Este, Hijo de David Turri (italiano) y Cesárea Pizarra (San Francisco)
Su padre vino directamente de Italia llamado por Domingo Bertoi (abuelo del señor Pepito Magnano) para manejar y elaborar el primer molino de trigo para elaborar harina.
Los molinos eran de piedra y agua, este se encontraba a unos metros antes del domicilio actual del Señor Tobar Pereyra (una de sus piedras se encuentra actualmente en el ateneo municipal).
La Plaza: estaba alambrada con alambre común. La primera plaza vieja a orillas del río Quines tenía un molino en el centro.
Hospital: se encontraba en el matadero viejo a orillas del río (todavía quedan rastros de él).
Iglesia: uno de los primeros sacerdotes fue el padre Salor.
Escuelas había dos: la nº 50 y la Nº 120. La escuela 120 llegaba hasta cuarto grado y tenía tres maestros. Cristóbal Pereyra era el director y maestro de 4º grado. Mauricia de Navarro era la maestra de 1º grado. Domingo Díaz era el maestro de 2º y 3º grado.
Transporte diligencia (larga distancia) y Mateos.
Hoteles: Hotel Magnano
Intendentes: Adolfo Molina, Jesús Tobares, Pablo Artíz, Doctor Sardo.
Acontecimientos: Aproximadamente a las 10:30 hs. un 12 de octubre se desborda el Río Quines, el agua llegó hasta la (actual) plaza vieja.
Temblor: El centro del temblor fue Cautana *Debe decir Caucete, no Cautana. (San Juan) donde se derrumbaron muchas casas. El temblor fue bajando la fuerza y terminó siendo como un bramido, duró 3 o 4 días.
Epidemias: Hubo una gran epidemia de langostas y fiebre tifoidea. Con las langostas el cielo se veía rojo y se comían la ropa y las plantaciones. Con la fiebre tifoidea, a los niños se los llevaba al Zapallar, el Talita para evitar contagios, había días en que fallecían 3 a 4 niños.
Lo que se usaba: Antes se usaba (para escribir) plumas, tintero y se pegaba con engrudo (harina y agua). Las mejores marcas de ropa eran la pluma *debe decir Puma (la mejor), la vasca y la flecha.
Vida Social: Los fogones los organizaba Don Taurán en el salón que se ubicaba en la calle Sarmiento frente a Gallilo Rosas. La pareja que tuvo más hijos fue la que formaban Elogio Rosas y Hermelinda, tuvieron 25 hijos. También se reunían en los patios de las casas, donde comían, hacían las rifas (las más importantes eran la de sábanas y cubrecamas y fundas) luego bailaban y jugaban a la taba.
Economía: Lo que predominaba era el trueque (cambio de mercadería). Esta zona era triguera no así la zona de San Martín, el Zapallar, el Talita, etc. Los pobladores de allí secaban las frutas y cosechaban nueces, con las cuales hacían negocios. Los trigueros traían su trigo a un lugar llamado “las eses” que era un corral donde se depositaba el trigo de los productores y luego con varios caballos comenzaban a aplastarlo en forma circular hasta que se desprendían el grado que era llevado al molino para convertirse en harina.
Construcciones: Don Raúl Turri también participó de la construcción del murallón del muro en la colocación y modelación de las piedras. El campanario de la Iglesia San José fue hecho en el año 1940 (aproximadamente) y revocado por albañiles de Villa Dolores de apellido Arrieta (padre e hijo) en el año 1945 al año 1950. Hicieron otros trabajos como la farmacia Durán, la casa de las niñas Roldán, la casa Vera (actualmente de Gilberto Tobar) diagonal farmacia Durán. Esta Iglesia se mantuvo con esa terminación (su frente) hasta el año 2002 (cuando fue pintada por Eduardo Tobares). Las campanas tienen grabado el año 1936 (traídas de Santa Fé). La cruz más antigua es la de la Iglesia Virgen del Rosario 1903 (fecha grabada en ella).
Quines dio al país la primera Médica de niños especiales “Carolina Tobar García” que vivió en la calle 9 de julio donde actualmente hay una placa que tiene grabado sus 100 años de natalicio (frente Hotel Floriani).
Pág. 199 y 200
DATOS HISTÓRICOS DE QUINES
Autores: Valentina Pavón y Milagros Salceso
Instituto San José – Quines
Pág. 200 y 201
UN HECHO MEMORABLE: LA LLEGADA DEL TREN
Autores: Milagros Salcedo y Valentina Pavoni
Una de las abuelas de nuestro pueblo, la Señora Rosa Godoy de Oviedo, de 90 años de edad, nos contó un hecho memorable: Entre los años 30 y 40 no sabemos exactamente cual, llegó a Quines por primera vez y proveniente de La Rioja el ferrocarril, trayendo consigo un gran progreso para las comunidades y comercio con provincias vecinas.
Todos los habitantes del pueblo, de los alrededores y estancias vecinas estaban colmadas de gran alegría pues era un acontecimiento de gran importancia. La estación del ferrocarril, donde actualmente funciona el consorcio de riego se vistió de fiesta, todo el mundo vestía sus mejores ropas y la música era el marco en la espera de la llegada del tren. Al escucharse los primeros pitazos de la bocina y al verse el vapor de la locomotora todo el mundo aplaudía y gritaba de alegría.
Don Octavio Guiñazú fue el encargado de leer el discurso de bienvenida.
A la noche se organizó una gran fiesta de gala en la casa de Don Justo Guiñazú, ubicada en la esquina de Pueyrredón y Belgrano, pues era considerada una casa muy elegante y señorial. Las invitaciones para el baile decían que los hombres debían vestir traje de etiqueta y las mujeres vestido largo. El tren tuvo gran utilidad para la vida comercial de la región, siendo las actividades forestales las que más lo aprovecharon para el traslado de carbón, leña y madera.
Pág. 201 a 203
LAS COSTUMBRES DE MI PUEBLO
Autora: Macarena Danna
Instituto San José – Quines
Pág. 203
EL OTRO QUINES… EL DEL RECUERDO…
Autor: Ingacio Lucero
Instituto San José – Quines
…Hablar de OSCAR LEYES “Muchango” es retroceder en el tiempo. Hijo de Juana Leyes. El nació un 20 de Octubre, tal vez de la década el 20.
Cuando era muy chico, muere su madre. El iba a la escuela Nº 49 donde hoy es el puntero, y luego se junta con la escuela Nº 50 “Eulalio Astudillo” y estaba ubicada en el Ateneo Municipal, a “Muchango” no lo entretenían las clases, cuando se cansaba de la clase se retiraba diciendo “hasta mañana Señorita sin que nadie lo detuviera, era muy difícil que a “Muchango” lo encontraras en una clase.
Si querías encontrar a “Muchango” lo encontrabas en el cine Astral, Club Unión Quinense y en la terminal de ómnibus, trabajaba de “Changarín” con su carretilla, si necesitaba llegar el equipaje a cualquier lugar del pueblo él iba. Cuando le preguntaban ¿cuánto le debo?, él no respondía, si era una moneda “Chau”, pero si era un pedazo de pan una sonrisa, un mordiscón y al bolsillo.
En el cine cuando se demoraba la película el empezaba aplaudir y la gente lo acompañaba, él creía que decían “pan francés, pan francés” y no quedaba otra cosa que empezar la película.
El día 07 de Julio muere “Muchango”, el personaje de Quines, el hombre que siempre fue niño.
Coordinadora general: Prof. Haydée Sabatini
Edición realizada a partir de una recopilación de artículos y entrevistas realizadas por los alumnos con la finalidad de participar en el “Concurso Literario Rescatando Recuerdos Nativos” con historias breves sobre el pasado en la provincia de San Luis. Dentro del agradecimiento a los profesores coordinadores que incentivaron a los alumnos a descubrir la magia de la escritura, mencionan a Dalinda Gómez, Elda de Jacobo y Mauricio Gutvay. Incorporo los trabajos en el orden en que aparecen en el libro. Algunos los transcribo y a otros solamente los menciono ya que los datos están en el blog o pueden prestarse a confusiones. Destaco y agradezco a las/los docentes que se preocuparon por la actividad de rescatar historias de nuestro pueblo. Con asterisco y en letra cursiva corrijo algunos términos y apellidos mal escritos, cosa que es normal ya que solo viendo algún documento se puede escribir bien.
*Un agradecimiento especial para Walter Gómez que me proveyó de la bibliografía.
Pág. 107 a 110
LA CHIMENEA EN QUINES
Autora: Jennie Daniela Fernández
Instituto “San José” de Quines
Pág. 111 a 113
EL MOLINO HARINERO
Autora: Iara Sofía Tarazi
Instituto “San José” de Quines
Primer premio – Categoría 1
En una templada tarde de otoño del año 1962, el viento sopla suavemente arrasando con las amarillas hojas de los campos; los rayos del ardiente sol calientan las secas tierras del pueblo de Quines, y cerca del río se encuentra el molino, “el molino que hizo historia”, como responden los ancianos cada vez que algún curioso les pregunta.
En las siestas toman mate los pocos afortunados que conocen de los hechos, mientras cuentan esta historia a sus hijos o a sus nietos. En un jardín desierto, sentados a una pequeña mesa, una humilde familia disfruta del pan caliente y el anciano comienza su relato, mientras la ronda de mate sigue su curso. “En 1888 llegó al pueblo el italiano Domingo Bertoy (*debe decir Bertoi) junto a su esposa Doña Alicia Rosas, prima de Juan Manuel de Rosas. Tuvieron varios hijos, que hoy radican en esta zona.
Este italiano hizo traer un molino harinero, trabajado artesanalmente con hierro y pinzas de piedra; su altura era de entre 8 y 9 metros y funcionaba con la fuerza de las aguas del canal. Nadie sabe su procedencia –dice el viejo mientras recibe el mate de mano de su mujer y unta con dulce el pan casero-; sólo se dice que llegó de Villa Mercedes en un carro tirado por mulas. Recuerdo las mañanas en que yo pasaba por allí, con la frescura del amanecer a flor de piel, el aire moviendo las hojas y la tierra ensuciando mis alpargatas.
“De lejos se veían los pocos hombres (menos de 10) que trabajan en él. Del trabajo del molino vivían 300 a 350 personas, si uno tiene en cuenta quienes proporcionaban las materias primas, además de los cosechadores y los que transportaban el trigo hasta el molino”.
El abuelo termina ansiosamente su segundo mate para poder proseguir con el relato, contemplando los paisajes con la mirada perdida.
- “Se producían diversas clases de harinas; el harinillón, ahora llamado afrechillo, era el de más baja calidad. En las tardes comprábamos pan casero o torta de rescoldo, hechas con harinilla del molino. La harina flor era la de primera calidad, usada para el pan de panadería.
El molino permitió grandes avances en nuestro pueblo: se comercializó en forma directa con San Juan y La Rioja; se hacían trueques: Quines daba harina y La Rioja mandaba sal, con San Juan se cambiaba aguardiente por harina. Para el trueque se usaba harina de segunda calidad.
Bertoi demostró ser un buen comerciante; proveía de sal, obtenida del trueque, a los panaderos de aquel entonces y el aguardiente a los distintos boliches.
Del molino nació una fábrica de fideos que empleaba la harina extraída del mismo; allí trabajaban mujeres del pueblo. Doña Francisca me contó tantas veces, con lágrimas mojando su avejentado rostro curtido por los golpes de la vida, que conoció a su esposo Don Tomás porque él trabajaba en el mismo lugar. El molino dejó de funcionar entre los años 1920 y 1922. Por el pensamiento del anciano pasan lentamente las imágenes como páginas de un álbum lleno de recuerdos: los niños corriendo bajo el sol de otoño, las mujeres amasando el pan al amanecer, las historias de amor que nacieron en él y la añoranza de aquel tiempo que no ha de volver. Pasaron muchos años desde el relato de aquel anciano. Pasaron varios otoños; muchas tardes en que tomando mate en el jardín, la familia conservaba, aunque el viejo ya no estaba allí. Hoy son pocos los que conocen de la existencia de la historia que el anciano tantas veces repetía con nostalgia. Otros no le dan importancia alguna.
El viento borró las huellas que algún día marcaron los pasos y tropezones que la vida le causó. Pasando por su lado aún se respira ese aire de otoño, el sol aún calienta las secas tierras; el viento sigue soplando, arrasando con las amarillas hojas, pero el molino harinero… ya no funciona. Cerca del río quedaron sus restos, aquel cementerio de recuerdos de los que quizás solo él fue testigo.
Pág. 184 y 185
MI ABUELA ANTONIA ME CUENTA UN POCO DE HISTORIA Y … RECETAS
Autor: Federico Díaz
Instituto “San José” Quines
Pág. 185 a 187
HISTORIA DE QUINES – Investigación
Autor: César Gregorio Rosas
Instituto “San José” - Quines Pág.
187 y 188
MI ABUELA ME CONTÓ UN POQUITO DE LA HISTORIA DE NUESTRO PUEBLO
Autor: Pablo Rojas
Instituto “San José” – Quines
Le pregunté a mi abuela sobre algo que ocurriera en Quines hace mucho tiempo y ella me contó esta historia. Hace más de 45 años existía un tren que llegaba a nuestro pueblo con carga de pasajeros. Unía Quines con La Rioja, era un medio de transporte muy importante.
Mis dos tíos mayores tenían 5 y 6 años, ella los mandaba a Candelaria a la casa de su hermana y se los entregaba al guarda que en ese momento iba en tren, un señor de apellido Godoy, allí los esperaban sus tíos así podían jugar con sus primos y luego volver a Quines de nuevo. Recuerda mi abuela que el maquinista del tren era abuelo de mi compañera Luisa Giménez. También cuenta que mi mamá y mis tías subían a tren que pasaba en la estación y el abuelo de Lucas las llevaba a dar una vuelta al triángulo, un lugar donde el tren tenía que hacer una maniobra para quedar listo para salir al otro día, todo esto ya no existe, solo queda de recuerdo la vieja estación de ferrocarril General Belgrano donde actualmente se encuentra una oficina del consorcio.
Pág. 192 a 194
QUINES ANTIGUO CONTADO POR TEÓFILO “TITO” TURRI DE 91 AÑOS
Instituto “San José” – Quines.
“Tito” nació el 13 de Octubre de 1913 en Quines, Banda Este, Hijo de David Turri (italiano) y Cesárea Pizarra (San Francisco)
Su padre vino directamente de Italia llamado por Domingo Bertoi (abuelo del señor Pepito Magnano) para manejar y elaborar el primer molino de trigo para elaborar harina.
Los molinos eran de piedra y agua, este se encontraba a unos metros antes del domicilio actual del Señor Tobar Pereyra (una de sus piedras se encuentra actualmente en el ateneo municipal).
La Plaza: estaba alambrada con alambre común. La primera plaza vieja a orillas del río Quines tenía un molino en el centro.
Hospital: se encontraba en el matadero viejo a orillas del río (todavía quedan rastros de él).
Iglesia: uno de los primeros sacerdotes fue el padre Salor.
Escuelas había dos: la nº 50 y la Nº 120. La escuela 120 llegaba hasta cuarto grado y tenía tres maestros. Cristóbal Pereyra era el director y maestro de 4º grado. Mauricia de Navarro era la maestra de 1º grado. Domingo Díaz era el maestro de 2º y 3º grado.
Transporte diligencia (larga distancia) y Mateos.
Hoteles: Hotel Magnano
Intendentes: Adolfo Molina, Jesús Tobares, Pablo Artíz, Doctor Sardo.
Acontecimientos: Aproximadamente a las 10:30 hs. un 12 de octubre se desborda el Río Quines, el agua llegó hasta la (actual) plaza vieja.
Temblor: El centro del temblor fue Cautana *Debe decir Caucete, no Cautana. (San Juan) donde se derrumbaron muchas casas. El temblor fue bajando la fuerza y terminó siendo como un bramido, duró 3 o 4 días.
Epidemias: Hubo una gran epidemia de langostas y fiebre tifoidea. Con las langostas el cielo se veía rojo y se comían la ropa y las plantaciones. Con la fiebre tifoidea, a los niños se los llevaba al Zapallar, el Talita para evitar contagios, había días en que fallecían 3 a 4 niños.
Lo que se usaba: Antes se usaba (para escribir) plumas, tintero y se pegaba con engrudo (harina y agua). Las mejores marcas de ropa eran la pluma *debe decir Puma (la mejor), la vasca y la flecha.
Vida Social: Los fogones los organizaba Don Taurán en el salón que se ubicaba en la calle Sarmiento frente a Gallilo Rosas. La pareja que tuvo más hijos fue la que formaban Elogio Rosas y Hermelinda, tuvieron 25 hijos. También se reunían en los patios de las casas, donde comían, hacían las rifas (las más importantes eran la de sábanas y cubrecamas y fundas) luego bailaban y jugaban a la taba.
Economía: Lo que predominaba era el trueque (cambio de mercadería). Esta zona era triguera no así la zona de San Martín, el Zapallar, el Talita, etc. Los pobladores de allí secaban las frutas y cosechaban nueces, con las cuales hacían negocios. Los trigueros traían su trigo a un lugar llamado “las eses” que era un corral donde se depositaba el trigo de los productores y luego con varios caballos comenzaban a aplastarlo en forma circular hasta que se desprendían el grado que era llevado al molino para convertirse en harina.
Construcciones: Don Raúl Turri también participó de la construcción del murallón del muro en la colocación y modelación de las piedras. El campanario de la Iglesia San José fue hecho en el año 1940 (aproximadamente) y revocado por albañiles de Villa Dolores de apellido Arrieta (padre e hijo) en el año 1945 al año 1950. Hicieron otros trabajos como la farmacia Durán, la casa de las niñas Roldán, la casa Vera (actualmente de Gilberto Tobar) diagonal farmacia Durán. Esta Iglesia se mantuvo con esa terminación (su frente) hasta el año 2002 (cuando fue pintada por Eduardo Tobares). Las campanas tienen grabado el año 1936 (traídas de Santa Fé). La cruz más antigua es la de la Iglesia Virgen del Rosario 1903 (fecha grabada en ella).
Quines dio al país la primera Médica de niños especiales “Carolina Tobar García” que vivió en la calle 9 de julio donde actualmente hay una placa que tiene grabado sus 100 años de natalicio (frente Hotel Floriani).
Pág. 199 y 200
DATOS HISTÓRICOS DE QUINES
Autores: Valentina Pavón y Milagros Salceso
Instituto San José – Quines
Pág. 200 y 201
UN HECHO MEMORABLE: LA LLEGADA DEL TREN
Autores: Milagros Salcedo y Valentina Pavoni
Una de las abuelas de nuestro pueblo, la Señora Rosa Godoy de Oviedo, de 90 años de edad, nos contó un hecho memorable: Entre los años 30 y 40 no sabemos exactamente cual, llegó a Quines por primera vez y proveniente de La Rioja el ferrocarril, trayendo consigo un gran progreso para las comunidades y comercio con provincias vecinas.
Todos los habitantes del pueblo, de los alrededores y estancias vecinas estaban colmadas de gran alegría pues era un acontecimiento de gran importancia. La estación del ferrocarril, donde actualmente funciona el consorcio de riego se vistió de fiesta, todo el mundo vestía sus mejores ropas y la música era el marco en la espera de la llegada del tren. Al escucharse los primeros pitazos de la bocina y al verse el vapor de la locomotora todo el mundo aplaudía y gritaba de alegría.
Don Octavio Guiñazú fue el encargado de leer el discurso de bienvenida.
A la noche se organizó una gran fiesta de gala en la casa de Don Justo Guiñazú, ubicada en la esquina de Pueyrredón y Belgrano, pues era considerada una casa muy elegante y señorial. Las invitaciones para el baile decían que los hombres debían vestir traje de etiqueta y las mujeres vestido largo. El tren tuvo gran utilidad para la vida comercial de la región, siendo las actividades forestales las que más lo aprovecharon para el traslado de carbón, leña y madera.
Pág. 201 a 203
LAS COSTUMBRES DE MI PUEBLO
Autora: Macarena Danna
Instituto San José – Quines
Pág. 203
EL OTRO QUINES… EL DEL RECUERDO…
Autor: Ingacio Lucero
Instituto San José – Quines
…Hablar de OSCAR LEYES “Muchango” es retroceder en el tiempo. Hijo de Juana Leyes. El nació un 20 de Octubre, tal vez de la década el 20.
Cuando era muy chico, muere su madre. El iba a la escuela Nº 49 donde hoy es el puntero, y luego se junta con la escuela Nº 50 “Eulalio Astudillo” y estaba ubicada en el Ateneo Municipal, a “Muchango” no lo entretenían las clases, cuando se cansaba de la clase se retiraba diciendo “hasta mañana Señorita sin que nadie lo detuviera, era muy difícil que a “Muchango” lo encontraras en una clase.
Si querías encontrar a “Muchango” lo encontrabas en el cine Astral, Club Unión Quinense y en la terminal de ómnibus, trabajaba de “Changarín” con su carretilla, si necesitaba llegar el equipaje a cualquier lugar del pueblo él iba. Cuando le preguntaban ¿cuánto le debo?, él no respondía, si era una moneda “Chau”, pero si era un pedazo de pan una sonrisa, un mordiscón y al bolsillo.
En el cine cuando se demoraba la película el empezaba aplaudir y la gente lo acompañaba, él creía que decían “pan francés, pan francés” y no quedaba otra cosa que empezar la película.
El día 07 de Julio muere “Muchango”, el personaje de Quines, el hombre que siempre fue niño.
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