GUSTAVO
RODOLFO NIEVAS
Siguiendo
los pasos del Capitán José María Cabáñez, Gustavo, su tátara nieto, siguió la
misma estrella dedicándose a la carrera militar.
Se
incorporó a Gendarmería Nacional Argentina en enero de 2000 siendo en la actualidad
Primer Alférez con la especialidad en explosivos.
Estando en
Campo de Mayo tuvo la posibilidad de ir por intermedio de la Organización de
las Naciones Unidas a la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones
Unidas en Haití) por el lapso de un año.
Aprovechó
la oportunidad y hacia allá se marchó.
Conocemos
a los denominados “Cascos azules” de la ONU, pero Gustavo me explicó que ellos
estarían dentro de la denominación “Boinas azules” ya que se desempeña en una
comisaría local.
Su primer destino en Puerto Príncipe, capital de la
Rep. de Haití, fue Petion Ville y desde el nueve de julio de 2015 fue destinado
a Petit Goave, departamento oeste, situada a 86 km. de la capital. Allí se
desempeñan como “Monitores” y “Mentores”
de la Policía Local.
Como
monitores custodian que no se cometan violaciones contra los Derechos Humanos y
como mentores colaboran en operativos y todo lo que tiene que ver con el
desempeño de la policía.
La
Comisaría en donde están fue una prisión, un edificio muy deteriorado con
condiciones muy básicas de vida. El grupo de Naciones unidas en ese lugar está
compuesto por diez integrantes: dos de Burkina Faso (oeste de África); dos de
Sri Lanka (isla de Asia); uno de Benín (oeste de África); uno de Guinea (oeste
de África); dos mujeres de Ruanda (África central) y dos de Argentina. Al
momento de viajar a Argentina en esta oportunidad había 132 detenidos, entre
ellos 16 mujeres y 4 menores (la mayoría de edad es igual que en nuestro país,
a los 18 años).
Trabajan
como mínimo ocho horas diarias en turnos por la mañana o por la tarde con un
régimen de 30 días de trabajo por 6 de descanso, los cuales se pueden acumular
hasta un total de 22 días y en caso de estar a más de 5 hs. de viaje desde su
destino hasta el aeropuerto les dan dos días más por viaje. Gustavo al estar a
3 hs. de viaje no puede tomarlos.
La
acumulación de días es aprovechada para viajar a Argentina para ver a su pareja
en Buenos Aires y para visitar a su padre y hermanos en Quines. El día de esta
entrevista (13 de sept. de 2015) estaban todos los hermanos reunidos: Stella
Marys y Norma Graciela (mellizas); Patricia, Gustavo y Diego. “Estamos todos
juntos –dice Gustavo- cosa que no es fácil ya que una de las mellizas está viviendo
en Las Lajas, provincia de Neuquén y Diego trabajando en San Luis”.
Los
idiomas oficiales de Haití son el Francés y el Kreol (Criollo Haitiano), un
lenguaje bastante difícil que tiene mezcla de francés, inglés y el lenguaje
aborigen. Parece que hablaran permanentemente enojados y a los gritos pero esa
es la forma normal de comunicación.
Sin
embargo al preguntarle a Gustavo cómo le iba con el francés me comenta que el
idioma que más utilizan es el inglés.
Haití es
un país muy pobre con un contraste impresionante entre una pequeña clase rica y
el resto de la población. Tiene serias dificultades en muchísimos aspectos y al
llegar lo más impactante a la vista es la basura en la vía pública. No hay
control de residuos y desde el más rico al más pobre tira basura en la calle o
las playas. Los puestos ambulantes son muy precarios y multitudinarios. Donde
están un día acomodan las cosas y dejan la basura tirada y al otro día, como
está vuelven a acomodar la mercadería y
se instalan. No hay agua potable y ellos no pueden comer comidas en el
mercado local. Son muy pocos los lugares públicos autorizados para comer y
pernoctar. Los vehículos de Naciones Unidas (en su mayoría Nissan Patrol o
Toyota Prado o Land Cruiser) no pueden utilizar el combustible que venden en
las estaciones de servicio locales. No hay transporte público habilitado. Los
más comunes son camionetas Nissan bajas a las cuales les ponen cúpulas dos
asientos con tablones que se extienden unos 40 cm. hacia atrás y no tienen
ningún tipo de cartel o indicación de hacia dónde se dirigen. “Solo ellos saben
hacia donde van” –dice Gustavo-. Les llaman Tap Tap porque usualmente para
detenerlos les pegan dos golpes en la carrocería. Entonces la onomatopeya es
esa.
La luz es
por horas. Normalmente entre 10 o 12 horas diarias y los horarios no son fijos.
En ocasiones se da más por la mañana y otras más por la tarde. Solo los barrios
residenciales y los que tienen hoteles son los que tienen luz permanente para
el uso de los aires acondicionados.
La
temperatura promedio es de unos 40ºC y hasta los militares que vienen de África
sufren muchísimo el calor.
Llamativamente
las empresas telefónicas funcionan mucho mejor que en Argentina y a un costo
más barato. Por ejemplo, allá tengo mejor conexión a internet.
A orillas
de la ruta hay unos chalecos rojos colgados. Allí se llama Pripa Dap y es donde
cargan crédito a los celulares. Uno le da el número y ellos envían un mensaje
que te acredita y le pagas la carga.
La moneda
oficial se llama Gourdes y la equivalencia es 50 gourdes = 1 dólar. Las comidas
cuestan entre 9 y 10 dólares, el litro de nafta 0,70 c. de dólar.
No hay
taxis, en cambio, si necesitas ir en algún medio, hay moto taxis.
El 80% de
la población son evangélicos y el 20% restante son cristianos pero casi todos
practican el Budú.
Gustavo,
más que un quinense o un sanluiseño, es un típico argentino pues es afecto al
mate amargo y en su dieta no puede faltar, aunque sea de vez en cuando UN
ASADITO. Cada integrante de Naciones Unidas transmite sus costumbres. Gustavo
ya hizo a varios, adictos al mate y por supuesto al asado. Aunque no hay cortes
como la tradicional tira de asado, se las ingenia para conseguir algo de carne
con hueso y reúne a sus compañeros para degustar este manjar.
No podía
creer, al llegar, que al ver los haitianos la bandera en su brazo, lo primero
que le preguntaran era sobre Messi o Maradona. Su deporte favorito es el fútbol
y al no tener equipo propio son hinchas de Brasil o Argentina. Cuando juega
alguno de estos países, Haití se paraliza.
“Un
argentino es muy bien visto a nivel mundial” –relata Gustavo. “Somos
considerados personas con un nivel de aptitud elevada pues nos desempeñamos
bien con las nuevas tecnologías, en conducción de vehículos y varios aspectos
que aunque no lo parezca, integrantes de otros países no lo pueden hacer”.
Manejar en
esos vehículos es totalmente distinto a hacerlo en una Toyota Hilux o una Ford
Ranger. Son vehículos muy grandes y para poder hacerlo tenemos que rendir un
examen con pruebas de manejo. Algo muy difícil, sobre todo en lo práctico ya
que en una de las pruebas por ejemplo debemos estacionar en un solo movimiento
desde una posición muy difícil. Yo la aprobé en la tercera y última oportunidad
regular. De no haberlo hecho te pueden dar una cuarta oportunidad de manera
especial y allí deciden si te dan o no el registro.
Cada
vehículo tiene una tarjeta magnética que identifica al chofer y el horario en
que se pone en funcionamiento para ir a trabajar. De no pasarla, el vehículo no
arranca.
El tránsito
es caótico. Para ir a Puerto Príncipe son tres horas para recorrer 86 km. y
tomando caminos alternativos. Hay que tener precaución de quién viene atrás, de
las motos, del vendedor que se cruza, de todo. El que maneja de ida no lo hace
al regresar por que realmente es estresante.
Entre el
hablar a los gritos, la tensión en la cárcel, el tránsito y la forma de vida,
uno necesita desenchufarse un poco y la mejor forma es alguna celebración con
una comida que demande tiempo en su preparación. También, todos los días salgo
a caminar por la costa una hora y media.
“Una
hermosa experiencia, pero si es solo por un año” -dice Gustavo- mientras ya son las 13 hs. y
el chivito está puesto en la parrilla pues, en casa, “No hay domingos sin
asado” dicen a dúo con su hermano Diego. Es que no hay como disfrutar de la
familia unida.
Intercambio de banderas distintivas con Tambor (así se pronuncia el nombre de este peluquero de la India que ya regresó a su país). Una persona muy querida para Gustavo.
EL MERCADO CALLEJERO
Tanto mujeres como hombres cargan permanentemente cosas sobre sus cabezas para transportarlas de un lado a otro.
El carbón vegetal es muy utilizado. Prácticamente en Haití no quedan bosques naturales. Fué talado completamente y solo quedan pequeños árboles.
La mugre es un denominador común en estos puestos de ventas.
TRANSPORTE
Las camionetas que se ven a continuación son los Tap tap. La gente va inclusive colgada en los mismos para llegar a destino. Sobre la cúpula llevan la carga de los pasajeros o algún otro tipo de carga.
A falta de colectivos cualquier medio de transporte es utilizado para trasladarse.
También se pueden ver viejos colectivos amarillos que fueron utilizados en Estados Unidos para el transporte escolar. Es muy usual ver a los pasajeros con bidones de 5 lts. en sus manos.
PETION VILLE
Algunos de los compañeros de trabajo.
Esta es una comisaría modelo donada por Canadá después del terremoto de 2010.
Después del terremoto de enero de 2010, algunas casas quedaron muy destruidas y no están habitadas.
FRUTAS Y VEGETALES
Gustavo asegura que el país está bendecido por el clima que tiene y la gran cantidad de frutas y verduras que producen. En las calles las frutas están a disposición del peatón y a veces se caen solas sin que nadie las aproveche. Es un país que a pesar de ser pobre, no tiene altos índices de desnutrición.
Este mercado es exclusivo ya que la fruta y la verdura está seleccionada y bien exhibida.
A los melones rosados les dicen granada.
ESAS JORNADAS ESPECIALES
Reunirse para compartir un plato típico y una comida elaborada es un cable a tierra para relajarse por un rato y disfrutar de momentos con personas afines.
Se comen muchas comidas fritas. Una especie de banana frita, pollo, chivo, lechón frito.
Normalmente el pan no está presente en las comidas.
El cangrejo no les gustó para nada.
El estofado y los guisos son los platos más comunes.
Todo listo para preparar unas pizzas caceras.
Acompañada de la infaltable cerveza. El vino no es una bebida consumida en Haití.
Las comidas locales son muy picantes.
Tradición argentina presente en Haití.
Palacio de la Justicia.
Al llegar la camioneta de la ONU a cualquier lugar, los niños se acercan y haciendo seña que nosotros podríamos interpretar como te voy a cortar el cuello o te voy a matar, dicen: Gangú umpil (tengo mucha hambre). Lamentablemente ellos no pueden darles ni siquiera un caramelo ya que si lo hacen crearían la costumbre y estarían aguardándolos permanentemente.
El chaleco rojo colgado indica que aquí se hacen recargas para celulares.
Venta de combustible. Lo tienen en bidones de 5 lts.
La panadería.
En el supermercado.
En el país se pinta muy bien. En este caso sobre tela.
CÁRCEL DE PETIT GOAVE
Este operativo fue realizado por que un policía fue asaltado y le llevaron su arma. Pudieron dar con los delincuentes y rescatar el arma. Resalta Gustavo también que en 1995 se disolvió el ejército y las armas pasaron a la población civil. Hay lugares en donde tienen armar de grueso calibre.
El combustible es proporcionado por Naciones Unidas. No pueden utilizar el local.
En la costa todavía quedan algunos cañones que no han podido ser llevados debido al gran peso que tienen.
"He visto mas Hummer en Haití que en todo Buenos Aires". Dice Gustavo.
A algunos no les gustó para nada. Otros quedaron encantados y ya le encargaron un mate.
BELLEZA NATURAL
Las embarcaciones utilizadas por los pobladores son muy rústicas. Son muy inestables pero el constante uso ha logrado en los tripulantes una destreza inigualable. Reman hasta parados.
OPERATIVO PAP
Este operativo se realizó para ingresar en un barrio conflictivo con orden de buscar drogas y armas de guerra. Deben ir con vehículos especiales por los gruesos calibres que usa la población civil.
Esta fue la casa allanada y se logró secuestrar lo que buscaban.
BARRIOS RESIDENCIALES
Significativo contraste entre un pequeño sector de la población con la restante que sufre miles de carencias. Energía eléctrica, agua en cantidad, vigilancia permanente, entre otras.
Muchas gracias a la familia Nievas y al Sr. Jorge Alanis por estar siempre atento a los momentos culturales de nuestro Quines.
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